“Tomás B. Pita (02-01-1891)…” detrás de aquella puerta de vidrio con bordes metálicos, entre sus recuerdos madariaguenses, pende de la pared fija un monumento con los nombres que hicieron historia en este lugar: “Pedro Barbieri, Casimiro Montes, Nicolás Herrera”.Ellos no dejan sino recuerdos de otros que estuvieron ahí. Frente a ese gran cuadro de madera, con sus placas doradas de bronce, se sostiene una síntesis de la creación del pedido de General Juan Madariaga. Cruzando la segunda puerta idéntica a la principal, se topa uno con una gran mesa octogonal de reluciente roble, principal testigo de los sucesos ocurridos con el paso de los años y sin miedo a saber más cada día. A la izquierda, una puerta una puerta blanca, sin dudas, el lugar de más trabajo. En la planta baja, puertas y más puertas. Hay un lugar donde una cálida voz puede saciar preguntas de los que acudieran a ella, se trata del conmutador, principal recepción de la Municipalidad. “Municipalidad, buenos días”. A lo largo y a lo ancho puertas y más puertas, que cada tanto reciben golpes o entrevistas.
Subiendo aquella gran muralla de mármol, no hay si no más puertas y detrás de cada una, experi
encias para quienes lo necesitan.Este es un gran palacio vestido de celeste, con sus alrededores verdes y surtidos colores, con su gran cartel en el balcón mayor, que sin duda es una estructura deseada por todos.
Cuando se escucha una voz desde arriba, en el momento en que se mira, por intriga, se tiene la sensación de mirar de arriba hacia abajo anunciando que faltan sólo días para el Centenario. Cada día se acerca más y más.
Todo esto y algunos misterios más de la historia que sus paredes ha cobijado, representa a la Municipalidad de General Madariaga.
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